BOSTON (WOMENSENEWS)–Isa Woldeguiorguis dice que la actual recesión no está haciendo que nadie sea abusivo, porque es un comportamiento aprendido.
"Alguien que usa la violencia la usará en un golpe de la fortuna, también," dijo Woldeguiorguis, directora de política y sistemas de defensa en Jane Doe Inc., un grupo con sede en Boston que trabaja para reducir la violencia doméstica. "Si ganan la lotería, un millón de dólares, todavía serían abusivos con su familia".
Sin embargo, la recesión ha hecho que la gente abusiva sea más violenta, más desesperada, dijo. "Para las mujeres inmigrantes y refugiadas, la recesión pinta una imagen peligrosa."
La recesión económica actúa como un factor de estrés, mientras que al mismo tiempo los recursos se están agotando para las organizaciones que trabajan específicamente con las comunidades de inmigrantes, Woldeguiorguis dijo. Esto ha llevado a una escalada en la gravedad y frecuencia de la violencia doméstica entre las mujeres inmigrantes.
A nivel nacional, el 75 por ciento de los refugios de violencia doméstica registraron un incremento de mujeres en busca de ayuda desde septiembre de 2008, según un informe de abril de la Fundación de Caridad Mary Kay Ash, con sede en Dallas.
La recesión también conduce a la "violencia de oportunidad", dijo Meghan Rhoad, investigadora de la División de Derechos de la Mujer del Human Rights Watch, con sede en Nueva York. "Si el agresor se ha convertido en desempleado tendrá más posibilidades de ser violento. Hay más exposición."
La erosión de la Red de Seguridad
En lo que parece ser parte de una tendencia nacional, los municipios en Massachusetts están recortando presupuestos, los patrocinios corporativos se están secando y las donaciones individuales están disminuyendo
Una economía regional inplacable – en septiembre, por ejemplo, la tasa de desempleo en Massachusetts fue del 9,3 por ciento, la tasa más alta desde 1976 – ha conducido a una erosión de la red de seguridad para sobrevivientes de violencia doméstica, según los defensores y especialistas en tratamiento de Nueva Inglaterra.
Para aquellos que se especializan en ayudar a las mujeres inmigrantes, muchas de ellas indocumentados, las tensiones son especialmente agudas.
"Ha sido muy, muy difícil y hablando con otras organizaciones, sé que no somos los únicos", dijo Qingjian Shi, directors de educación y divulgación del Grupo de Trabajo de Asia contra la Violencia Doméstica, con sede en Boston.
"Cuando estos programas de violencia doméstica, tales como refugios, tienen problemas, son las mujeres pobres las más afectadas, incluyendo un número desproporcionado de mujeres inmigrantes y de color", dijo Rhoad de Human Rights Watch.
Mientras tanto, la demanda de servicios ha aumentado, dijo Rhoad. Más mujeres están llegando a refugios con necesidades más profundas y permanecen durante períodos prolongados, así que hay menos camas disponibles.
Rhoad dijo que un "ejemplo indignante" de este escenario está en California, donde el gobernador Arnold Schwarzenegger acabó con todos los fondos estatales para los refugios de violencia doméstica con un trazo de bolígrafo.
En julio, el gobernador eliminó la financiación estatal para sus programas de violencia doméstica. Esto significaba que las 94 organizaciones sin fines de lucro que administraban refugios a la violencia doméstica de California, han perdido casi el 40 por ciento de sus fondos. Los recortes en el financiamiento estatal, casi $16 millones, han obligado a varios refugios de violencia doméstica a cerrar sus puertas, despedir al personal y reducir los servicios.
Recortes de financiamiento pese a la demanda
Mientras tanto, el número de mujeres inmigrantes que busca ayuda en los Servicios Legales de Western Massachusetts se ha duplicado desde 2006.
Al mismo tiempo, el número de abogados calificados y defensores se ha reducido a la mitad, dijo Hisham A. Leil, un abogado con el grupo, que tiene sede en Springfield, Massachusetts "Nuestro financiamiento se ha reducido este año en un millón de dólares".
La Asociación de Mujeres Haitianas en Boston, una vez tuvo cuatro defensores, pero ahora sólo hay uno, dijo Carmelle Bonhometre, directora del programa de violencia doméstica en la organización.
La recesión económica ha llevado a un aumento en la intensidad y la frecuencia de la violencia doméstica, dijo. Ahora, más personas en la comunidad haitiana saben acerca de la organización y cada día más mujeres vienen con relatos de dolor y abuso. Como el financiamiento se reduce, sin embargo, hay menos ayuda disponible. Los pasantes llegan, dijo, pero nunca es suficiente.
Como resultado, junto con los proyectos de divulgación, un programa después de escuela para los hijos de las víctimas y las clases de idioma Inglés y de alfabetización en Creole fueron cancelados. "No es una imagen bonita y está empeorando cada día," dijo Bonhometre.
Los refugios de emergencia están llenos, lo que supone un obstáculo adicional para las mujeres inmigrantes, dijo Woldeguiorguis. Las víctimas están preocupadas: "¿Hay alguien en ese programa que hable mi idioma, va a entender mis necesidades culturales?", dijo.
A menudo las víctimas sufren de la angustia de que su comunidad se llegue a enterar que tuvieron que huir de sus hogares.
"Los obstáculos que las mujeres refugiadas e inmigrantes tienen que pasar para alcanzar la seguridad, la libertad, la dignidad, son mucho mayores de lo que son para las mujeres no inmigrantes", dijo Woldeguiorguis.
