El matrimonio pierde terreno como panacea contra la Pobreza

La administración Bush empujó la idea del matrimonio como una panacea para la lucha contra la pobreza, pero un reciente estudio del gobierno confirma la opinión de los escépticos que dicen que los problemas de dinero debe ser resueltos primero, ya que destruyen y desestabilizan las relaciones.

WASHINGTON (WOMENSENEWS)–El reciente informe de una agencia gubernamental que señala haber encontrado que los programas de promoción al matrimonio no han ayudado a las mujeres a salir de la pobreza — un principio central de las políticas de asistencia social del presidente George W. Bush — da a Stephanie Coontz la oportunidad de decir "te lo dije".

 
Coontz, profesora de historia en el Evergreen State College en Tacoma, Washington, afirma que el desempleo y los bajos salarios erosionan la estabilidad familiar y que, además, las mujeres desempleadas tienen menos probabilidades de casarse que sus homólogas empleadas. 
 
El matrimonio como una solución milagrosa para los pobres "hace caso omiso de las muchas formas en que la pobreza disminuye la capacidad de las personas para construir y mantener relaciones familiares estables", escribió Coontz en un artículo de 2002 sobre el matrimonio y la pobreza, publicado por la revista The American Prospect.
 
Coontz, autora del libro publicado en el 2005: "El matrimonio, una Historia" y otros libros sobre el matrimonio, ha argumentado desde hace largo tiempo que las tensiones causadas por el desempleo y los bajos salarios erosionan la estabilidad de la familia.
 
En un documento del 2002, la autora también señaló investigaciones que muestran que los salarios de hombres con bajos ingresos – cuando se ajustan por la inflación – han disminuido durante las últimas décadas, contribuyendo a una baja en las tasas de matrimonio.
 
Daniel Lichter, un profesor de sociología en la Universidad de Cornell quien ha estudiado los patrones de matrimonio entre las madres solteras y casadas, también encuentra que el informe del gobierno, emitido en mayo, hace eco a sus conclusiones.
 
Mientras que las familias que cuentan con los dos padres suelen gozar de mayores ingresos en el hogar, las mujeres casadas también están mejor educadas y tienen más recursos.
 
"La pobreza es más una causa que una consecuencia del estado civil", concluye Lichter.
 
Al comparar las tasas de matrimonio antes y después de la reforma de las políticas de asistencia social – durante el período de los programas de promoción matrimonial – Lichter dijo que no encontró que ellas tuvieran algún efecto apreciable.
 
La evaluación gubernamental, realizada por un grupo de investigación de políticas a pedido de la Administración de los EE.UU. para Niños y Familias, encontró que el proyecto de patrocinio gubernamental Construyendo Familias Fuertes, cuyos objetivos son los nuevos padres solteros, falló en fortalecer sus relaciones de pareja, aumentar las tasas de matrimonio o en última instancia, cambiar el estado económico.
 

La Idea del Matrimonio cobró impulso.

 
La idea que el matrimonio podría aliviar la pobreza entre las madres solteras cobró impulso después del importante reajuste de las políticas de asistencia social en 1996, el cual impuso nuevos requerimientos laborales y plazos en la duración del apoyo gubernamental infantil a la mujer.  
 
El principal resultado de esto fue un programa llamado Asistencia Temporal para Familias Necesitadas, o TANF, una subvención en bloque a los estados que principalmente ayudaba a mujeres solteras, cabezas de familia. La nueva ley estipulaba que algunos fondos de TANF se podrían utilizar para "fomentar la formación y el mantenimiento de las familias con ambos padres.
 
En 2002 el presidente Bush elevó la importancia del matrimonio como una herramienta para reducir la pobreza cuando se puso en marcha la Iniciativa Matrimonio Saludable, la cual fue apoyada por el Congreso con $150 millones en subsidios anuales para programas de matrimonio y paternidad entre el 2006 y el 2010. 
 
El proyecto falló “en alcanzar mejores resultados para los participantes ", dijo la Administración para Niños y Familias en un comunicado de prensa que acompañaba el informe. A raíz de los hallazgos, dijo que respaldaba "el enfoque más amplio" del Fondo de Innovación para la Paternidad, Matrimonio y Familias, con $500 millones del presupuesto del 2011 del presidente Obama.
 
El Fondo de Innovación para la Paternidad tendrá componentes de matrimonio y relación, pero también aportará recursos para la salud mental y violencia doméstica.
 
Fuentes gubernamentales no pudieron confirmar de inmediato que la financiación total para la promoción del matrimonio en realidad disminuiría bajo el enfoque ampliado de Obama.
 

Emergen dos Enclaves de Estudio

 
Dos valores atípicos surgieron en el estudio del programa Construyendo Familias Fuertes.
 
Si bien el programa registró un impacto nulo en seis de un total de ocho sitios, dos lugares, Baltimore y Oklahoma, informaron resultados contradictorios.
 
En el estudio, las parejas de Baltimore sufrieron una mayor incidencia de agresión física y los padres estuvieron menos aptos a apoyar financieramente a sus hijos. En Oklahoma, les ocurrió lo contrario a los inscritos en el programa: las relaciones de pareja mejoraron, al igual que la asistencia económica de los padres.
 
Estos casos avivan los argumentos para ambas partes del debate sobre la promoción del matrimonio.
 
Tim Casey es un abogado senior de Legal Momentum, un grupo dedicado a defensa de la mujer con sede en Nueva York. Desde la creación de Iniciativa de Matrimonios Saludables, el grupo de Casey ha señalado preocupaciones sobre el empujar a las mujeres a relaciones potencialmente abusivas.
 
"Cuando el gobierno se involucra en las relaciones entre las personas tiene que ser muy, muy sensible al tratar la cuestión de la violencia doméstica", dijo Casey. Indicó que entre el 50 y el 60 por ciento de las mujeres dentro de la asistencia social es víctima de violencia doméstica.
Casey dijo que los fondos federales son desperdiciados en programas de matrimonio no probados. En su lugar, deberían dedicarse a brindar apoyos económicos, como la asistencia en efectivo, la atención infantil y el empleo de transición.
 
En el otro lado del debate, Robert Rector, investigador principal de la Heritage Foundation con sede en Washington, DC, sostiene que la promoción del matrimonio sigue careciendo de pruebas, ya que los millones invertidos hasta el momento en la promoción del matrimonio son una miseria comparados con los billones de otros programas de asistencia social que las madres solteras reciben ayuda anualmente. Rector dijo que los programas de promoción del matrimonio no tuvieron la clase de publicidad y educación que necesitaban.
 
"Evaluar Construyendo Familias Fuertes sola, sin el contexto social, es como evaluar un programa para dejar de fumar sin la advertencia de la Dirección General de Salud y luego concluir que no se puede dejar de fumar cigarrillos", dijo el Rector en una entrevista.
 

Sin Impacto en el Bienestar Económico Familiar

 
El estudio del mes de mayo del programa de promoción del matrimonio encontró que no tenía "ningún efecto en el bienestar económico de la familia." Las diferencias de las familias que participaron en el programa viviendo en la pobreza, luchando para pagar las cuentas y recibiendo asistencia social, en comparación con un grupo controlado fueron estadísticamente insignificantes.
 
Nakia Otteen, de 25 años, proveniente de Del City, Oklahoma, se unió a Expectativas Familiares, un programa educativo sobre relaciones que formaba parte del reciente estudio. Como futura madre aprendió como comunicarse mejor con el padre del bebé. Otteen describió a su pareja como una buena persona, buen padre y buen compañero. Ellos planean casarse.
Pero cuando se le preguntó por qué aún no se había casado, Otteen respondió que primero quería sentirse más segura económicamente.
 
"Por ahora es realmente un asunto financiero", dijo, explicando que el bebé había causado tensión financiera, el trabajo de su pareja era inestable y ella quería mudarse de su apartamento de dos habitaciones a una casa de tres habitaciones antes de decir "acepto".
 
Otra participante de Expectativas Familiares, Tanille Adair, de 22 años, de Oklahoma City, Oklahoma, expresó cautela acerca de confiar en el apoyo financiero de un hombre
 
"Puedes tener un hombre que tenga un montón de dinero y que te hace sentir sucia, y eso no es bueno", dijo.
 
Adair estaba obligada a asistir al programa como beneficiaria de asistencia social. Como madre de dos hijos, ella conoce las desventajas que enfrentan muchos niños al crecer en hogares monoparentales. Pero dice que aún no ha conocido a la persona adecuada y que además, una boda es costosa.
 
Julia Marsh es una corresponsal residente en Washington, D.C. que realiza cobertura de asuntos internos y externos para un diario japonés.

 

 

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